La recuperación de la madera es considerada
aquella operación de valorización mediante la cual los residuos madereros
(palés en nuestro caso), adquieren una finalidad útil al sustituir a otros materiales que de otro
modo habrían sido utilizados para cumplir una función particular.
Las materias primas producto del proceso de
recuperación pueden ser sometidas a un posterior reciclaje, donde se
transforman de nuevo en productos con un uso distinto al que tenían antes del
proceso de recuperación.
Como alternativa al reciclaje es muy
practicada la valorización energética, mediante la cual los restos de madera
son empleados como biomasa para calderas.
Son varias las consecuencias positivas que
estas operaciones tienen sobre el medio ambiente:
- Se reduce el uso de madera virgen para la fabricación de productos, disminuyendo así la actividad fijadora de CO2 que llevan a cabo los árboles y por tanto el efecto invernadero.
- Disminuye el volumen de residuo que se elimina en los vertederos, consecuencia muy importante puesto que los residuos madereros son muy voluminosos.
- Promueve el respeto al medio ambiente, llevando a cabo una gestión sostenible de los residuos y garantizando la disponibilidad de recursos en generaciones futuras.
Muchos de los restos de madera considerados
como residuos, no solo provienen de las industrias dedicadas a tal fin, sino
que son provenientes del embalaje y el transporte de productos. Es el caso de
los palés, ampliamente empleados en la industria logística.
La gestión de los mismos por parte de
particulares y del pequeño comercio puede llegar a ser un problema, ya que se
debe llevar a cabo de acuerdo a las
obligaciones legales y ecológicas.
Por todo ello, el reciclaje de palés para su
posterior uso en el bricolaje (fabricación de muebles y otros productos), es
una alternativa para salir de la rutina en la decoración de espacios desde un
punto de vista más sostenible y económico.
¡PALETÍZATE!